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  • Su acci n en Chiapas fracas

    2019-04-25

    Su acción en Chiapas fracasó, no sólo por el rechazo que generó entre los encomenderos sino también entre los religiosos que apoyaban la encomienda en beneficio propio o bien como mecanismo de cristianización acelerado. Cuando Las Casas regresa SAG España, en lo que hace a su batalla de ideas, a la lucha por la hegemonía y la influencia en la Corte, si bien en 1547 consigue la prohibición del texto de su enemigo ideológico Juan Ginés de Sepúlveda (el famoso Democrates secundus que argumentaba a favor de la “guerra justa” contra los nativos SAG que no acataran las autoridades españolas ni la religión cristiana, a la vez que elevaba la imagen del conquistador como soldado cristiano), Ginés logrará por su parte la prohibición y recogida de los ejemplares en circulación del Confesionario lascasiano. “Esto quiere decir que la gran influencia de Las Casas empezaba a ser neutralizada a un lado y otro del Atlántico”, según observa Fernández Buey. No es casual entonces que Las Casas se preocupara por imprimir y hacer circular la Brevíssima relación al año siguiente del famoso Debate que sostuvo con Ginés de Sepúlveda, conocido también como la Controversia de Valladolid, entre los años 1550 y 1551. Juan Ginés de Sepúlveda, reconocido humanista español que vivió varios años en Roma, traductor del griego al latín renacentista de varias obras de Aristóteles, había sido tutor del príncipe Felipe y nombrado en 1536 cronista imperial. En 1544 escribió una obra titulada Democrates secundus, texto en el cual defendió la justicia de las conquistas de España en América y caracterizó a los nativos en términos de “bárbaros” y “homúnculos”, propiciando que los habitantes americanos, conforme al Derecho natural, “[…] estén sometidos al imperio de naciones o príncipes más humanos y virtuosos, para que con el ejemplo de su virtud y prudencia y cumplimiento de sus leyes abandonen la barbarie […]”. Ginés defiende la evangelización con las armas, postulando el concepto de la “guerra justa”, acción necesaria para extirpar las idolatrías y ritos impíos de los naturales de América. Las Casas, por el contrario, manifiesta su desprecio por los argumentos que alentaban el uso de las armas y la violencia en la evangelización del Nuevo Mundo y predica el pacifismo cristiano, por momentos cercano al pensamiento de Erasmo, cuya obra tuvo especial peso en España. Fernández Buey sintetiza las posiciones encontradas de Ginés de Sepúlveda y de Las Casas, cuando señala que el dominico “opone a Chromocenter este cristianismo de las armas y del poder, un cristianismo —en su opinión genuino—, el de la doctrina evangélica […] que combina la mansedumbre y la suavidad en el trato del otro, de la otra cultura, con la pasión en la denuncia y la autocrítica.” Quizá su desengaño respecto de su real influencia en la Corte a favor de los nativos americanos lo motiva, una vez más, a erigir su escrito como testimonio fidedigno, alegato, denuncia y prueba concreta de la “destrucción” que trajo aparejada la Conquista.
    Figuras y tropos de la violencia Desde las primeras páginas que abren la relación lascasiana se advierte una clara figura retórica que rige la composición textual: la antítesis, mecanismo de organización de una realidad compleja, contradictoria, figura de oposición por momentos extremada y radicalizada por el peso de otro tropo, la hipérbole. Antítesis e hipérbole en conjunción traman un discurso polarizado entre dos extremos irreducibles por su asimetría: los nativos bondadosos y los conquistadores crueles. Tal oposición opera además mediante una serie de imágenes que configuran un bestiario con referencias bíblicas: “En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su hacedor e criador assí dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos y tigres y leones crudelíssimos de muchos días hambrientos”. Interesa notar aquí que en esta imagen (indios como ovejas mansas, españoles como lobos) opera una inversión de la reconocida cita bíblica, proveniente del Evangelio, que reproduce palabras proferidas por Cristo a los apóstoles: “ Yo os envío como ovejas entre lobos para amansarlos y traerlos a Cristo”. Las Casas recurre a la argumentación a contrario, habilidad que excede el plano retórico, para representar alegóricamente el modo en el cual los conquistadores españoles se alejaron de una de las justificaciones clave de la empresa conquistadora: la evangelización de los indígenas. Por otra parte, tal inversión contribuye a reforzar lo que se desprende de la lectura completa de la Brevíssima relación: quienes finalmente ocupan el lugar del Otro, de los bárbaros, no son los nativos americanos sino los conquistadores.